Preparar los ingredientes secos: En un bol grande, mezcla la harina integral, la harina de fuerza, la sal y el azúcar. Si quieres un pan con un toque dulce, puedes añadir un poco más de azúcar.
Activar la levadura: diluye la levadura fresca en agua tibia con una pizca de azúcar y deja reposar 10 minutos hasta que espume. Si usas levadura seca, mézclala directamente con los ingredientes secos.
Formar la masa: añade el agua tibia (o leche, si quieres un pan más suave) y el aceite de oliva a los ingredientes secos. Mezcla hasta obtener una masa homogénea.
Amasar la masa: coloca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y amasa durante 10 minutos, o hasta que esté elástica y no se pegue. Con una amasadora, usa el gancho amasador durante 6-8 minutos.
Primer reposo (fermentación): coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora o hasta que doble su tamaño.
Desgasificar y dar forma al pan: presiona suavemente la masa con las manos para desgasificarla y dale forma de rollo. Colócala en un molde para pan previamente engrasado.
Segundo reposo: cubre el molde con un paño y deja reposar durante 45-60 minutos más, hasta que la masa suba y llene el molde.
Hornear: precalienta el horno a 200 °C. Pinta la superficie de la masa con un poco de agua para que quede brillante y hornea durante 35-40 minutos, o hasta que el pan esté dorado y suene hueco al golpearlo.
Enfriar: retira el pan del molde y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente antes de cortarlo.